Hay diversas maneras de pelar un huevo. Y hay diversas maneras de cumplir con la Ley.
Uno puede cumplir con la Ley de un modo estricto y al pie de la letra. O también uno puede cumplir con la Ley con una interpretación “liberal” y poco estricta.
Cumplir con la Ley es algo así como hacer un arroz con pollo. Hay una diversidad de arroces con pollo, según los ingredientes y condimentos y el proceso que se siga.
Esto recuerda el caso del millonario que tenía un robot sirviente que le acompañaba a cenar. “Pásame la sal,” le dijo y el robot le contestó, “¿Por dónde quiere que se la pase?”.
Así es como nunca estamos seguros de interpretar correctamente lo que plantea la Ley, que data de cientos de años atrás. Aun las mismas palabras de Cristo, no estamos seguros si las interpretamos bien.
Está también el caso del que le dijeron: “Al salir cierra la puerta”. Él, por ser demasiado inteligente, contestó: “Ahora la puerta está cerrada, así que cómo voy a salir. Aun si estuviera abierta, tampoco podría salir si, al momento de salir, la cierro”.
No es fácil entender la Ley. Aun los más inteligentes pueden interpretarla al modo de los morones. Y los verdaderos morones, por ser tan sencillos, quizás terminarán entendiéndola mejor. Por eso la sabiduría de los cristianos es mayor que la de los escribas y fariseos.
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