Hay quien va a misa con el propósito de encontrarse con Dios. Eso es lo que inquieta a más de un tradicionalista. Dicen que en la misa tridentina se da ese misticismo, ese contacto con Dios. Es más místico el latín, que la lengua “vulgar”. La misa de Vaticano II enfatiza demasiado la comunidad, según ellos. La misa postconciliar se organiza desde la perspectiva del banquete y de la comunidad, y no desde la perspectiva del sacrificio y la relación vertical con Dios. Pero quien dice que ama a Dios, que no ve, y no ama a su hermano, que sí ve a su lado, miente. La misa como un rezo personal y vertical hacia Dios tiene un problema y es que uno nunca sabe si lo que está en juego es una realidad o un simple engaño de los sentimientos. El supuesto aspecto místico de la misa tridentina podría ser un simple espejismo de la imaginación. Pero la misa en que nos acercamos a Dios en el contexto y en la perspectiva de la comunidad, estamos seguros de estar en una oración que nos
Carlos Ramos Mattei