James Kiefer señala que en la Epístola de Bernabé, escrita entre el año 70 y el 135 después de Cristo, ya se habla de la cruz como la conocemos y el poder de este símbolo. Hay otras fuentes que testimonian el uso de la señal de la cruz como gesto de bendición. Lo mismo sobre la costumbre de persignarse.
Esto es importante tenerlo en cuenta frente a los cazadores de incautos que llegan diciendo que Cristo no murió sobre una cruz, sino sobre un poste y que el Tau, la “T” era el símbolo de una divinidad canaanita que para los efectos es el diablo y que para los efectos los que usan la señal de la cruz están venerando al diablo. Cosas veredes, diría Don Quijote.
La epístola de Bernabé es un claro testimonio de que Cristo murió sobre una cruz como la conocemos y los otros testimonios tempranos también confirman el uso y significado elocuente de este símbolo para los cristianos.
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