El evangelio de hoy continúa con el tema de la fe El evangelio de hoy sigue la lectura continua con el evangelio del domingo pasado, cuando Jesús nos exhortó a tener una fe que mueve montañas. En la primera lectura vemos al sirio Naamán, al que el profeta Eliseo mandó a bañarse en el Jordán para curar su lepra. Visto el asunto desde la mente del sirio, aquí estaba un supuesto vidente que en vez de hacerle un "trabajo" lo manda a bañarse en un río cualquiera. Como si en Siria no hubiesen ríos más grandes y más bonitos. En el evangelio pasa algo parecido. Unos leprosos piden a Jesús que los cure y Jesús de lejos les grita que vayan a presentarse al sacerdote, que los encontraría curados. Según la Ley un leproso que se curase tenía que ir al sacerdote para que lo reconociera como limpio, curado. Ir a presentarse a los sacerdotes implicaba viajar a Jerusalén, asunto de al menos un día, quizás más. Implicaba creerse limpio, de salida. El evangelio subraya que sólo uno volvió
Carlos Ramos Mattei