Ir al contenido principal


En el ciclo B, en el Domingo de Ramos se lee la narración de la Pasión según San Marcos.
Según los estudiosos Marcos es el evangelio más antiguo. Por tanto, el relato de la Pasión de Jesús es la versión más temprana que conocemos. 
La narración de la Pasión tiene muchas escenas. Veamos el primer episodio de la narración del evangelio: la unción en Betania. Dice el evangelio: 
“Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de Simón el leproso…llegó una mujer con un frasco lleno de un valioso perfume de nardo puro…rompiendo el frasco, derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús”.

No se confunda este episodio con el de la pecadora arrepentida. De hecho en los otros evangelios hay confusión. Mateo y Juan dicen que la mujer le ungió los pies con aceite perfumado. Lucas ubica el episodio fuera del contexto de la narración de la Pasión y lo pone en el contexto de los fariseos. Él es el que dice que era una pecadora pública.
Marcos no dice que es una pecadora. Mateo repite la narración de Marcos. Juan dice que es María, la hermana de Marta y de Lázaro. Ninguno de ellos habla de la Magdalena; siempre es “una mujer”.
Fue una devota de Jesús. Continúa el evangelio: 
Algunos de los que estaban allí se indignaron y comentaban entre sí: “¿Para qué este derroche de perfume? Se hubiera podido vender por más de trescientos denarios para repartir el dinero entre los pobres”. 
Y la criticaban.

Pero Jesús dijo: “Déjenla, ¿por qué la molestan? Ha hecho una buena obra conmigo. 
A los pobres los tendrán siempre con ustedes y podrán hacerles bien cuando quieran, pero a mí no me tendrán siempre.

Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura.”
Comentarios
Pensemos la escena, cómo lo vio Jesús mismo, cómo lo vieron los circundantes. Posiblemente fue algo de improviso, inesperado. 
Derramar aceite sobre la cabeza era la manera de consagrar a los reyes. Tal fue el caso del rey Saúl y el rey David. Probablemente todos pensaron en lo apuntado: es una profetisa, lo unge como Samuel ungió a David. 

¿Qué pensarían los que estaban allí?
Jesús ungido, entonces:
  • Rey de los judíos
    • como en la entrada a Jerusalén,
    • la unción en Betania

Todos esperaban la restauración del reino de Israel, que en realidad era el de David, y en último término, era el reino de Judá alrededor de la ciudad de Jerusalén. Todos esperaban que las cosas volvieran a como estaban antes de la invasión de los babilonios. 
Pongamos que Jesús también lo pensó así. Hagamos un ensayo mental, algo así como imaginarnos cómo se vería el mundo desde el espacio sideral. Supongamos que Jesús y sus discípulos pensaron que era posible restaurar el reino de Israel sin la corrupción de los fariseos. Eso explicaría algunas cosas. 
En ese escenario “el público” esperaría un “golpe de estado”; pero no contra los romanos, sino contra los fariseos y los “dueños” del Templo. La auténtica tradición del Pentateuco, Deuteronomio, Levítico, se impondría. En ese contexto, era natural que quisieran matar a Jesús, sus enemigos. 
Jesús viene a Jerusalén para la Pascua. La gente lo aclama como el que viene a poner las cosas en su sitio. Jesús sabe que este no es el caso, pero no puede detener el entusiasmo a su alrededor. 

El entusiasmo lleva a una chica a entrar en casa de Simón el leproso y derramar aceite sobre su cabeza. Todos entendieron: lo ungía como Rey de los Judíos. 
Quién sabe si Jesús pensó: “Si antes querían matarme, con más razón ahora”. Quizás fue en ese contexto que Jesús reacciona y les dice, “Ella ungió mi cuerpo anticipadamente para mi sepultura.”
El aceite de nardo también se usaba para embalsamar, igual que otros aceites de aromas y yerbas. 
No necesariamente fue una profecía, sino una premonición. Esperaban que no sucediera, aunque todos estaban al tanto del peligro. 
Ese fue también el caso de Martin Luther King. 
¿Qué pensó Jesús?
(¿Soy rey?)
(¿No entienden…?)
(Tengo miedo)
(A esto he venido)
(______…)

Más tarde…
Pareció profecía

La narración de la chica que le derramó aceite perfumado sobre la cabeza no termina ahí. 
Hay un segundo momento, cuando los circundantes empiezan a criticar. 
Era un perfume costoso, un perfume de 300 denarios.
Se nos dice que un denario equivalía a 4 gramos de plata y que constituía el sueldo diario de un jornalero. Eso querría decir que el perfume costó el equivalente de 300 días de trabajo.
La chica no era una pobretona de la calle, ciertamente. 
La criticaron. Se pudo vender para beneficio de los pobres, dijeron, según cuenta el evangelista y la tradición. 
Jesús respondió, “A mí no me tendrán siempre”. 

¿No me tendrán siempre?
Mejor ahora, porque mañana…

¿No me tendrán siempre?
Estaré con ustedes, de otra manera, siempre

¿No me tendrán siempre?
Estaré con ustedes, de otra manera, siempre


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé...

Domingo 10 del Tiempo ordinario, Ciclo B

Isaac Van Osten, El paraíso . Adán y Eva están a la distancia, derecha. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Génesis, capítulo 3, versículos 9 al 15. Narra el momento en que Adán y Eva se esconden entre la maleza cuando Dios llega paseándose por el Edén como un hacendado que voltea la finca. Dios los llama y ellos le dicen que tienen miedo a salir porque están desnudos. De inmediato Dios sabe que comieron del fruto prohibido.  El fruto prohibido no fue una manzana, porque en la región de Iraq (donde tradicionalmente se ubica el Edén) no hay manzanas. Eso recuerda la representación de Jesús como un alemán de ojos claros y cabellos rubios. Pero eso no es importante, porque lo importante es el punto del relato. Dios puso una regla y los seres humanos desobedecieron.  Cuando Dios reclama, cada uno se canta inocente. Adán le echa la culpa a Eva; Eva a la serpiente.  De inmediato surgen puntos a meditar. En el Edén no hubo taquígrafo, s...

Las tentaciones de Jesús (en Viernes Santo)

Gustave Doré,  Jesús abandona el Pretorio Al final de la cuaresma vale recordar el comienzo. En el primer domingo de cuaresma el evangelio nos refiere a las tentaciones de Jesús en el desierto. En cuanto hombre esas tentaciones de seguro acompañaron a Jesús durante toda su vida mortal. Con más razón estarían con él al momento de la Pasión y la crucifixión.  En el Jesús tentado somos todos tentados y por eso todos participamos en el triunfo de Jesús. Las tentaciones de Jesús son nuestras tentaciones también. Todavía más serio que el ser tentado por las debilidades del cuerpo, de nuestra biología, están las tentaciones al orgullo, la vanidad, la posibilidad de retar y cuestionar a Dios. La primera tentación de Jesús en el desierto fue la de convertir las piedras en pan, cuando sintió hambre. Sí, fue un asunto de sentir la debilidad del propio cuerpo. Pero el asunto representaba algo más complicado. Pienso que se trata del orgullo del poder, de la vanidad. “Yo ...