El paraíso. Al fondo a la derecha, en la distancia están Adán y Eva. La auténtica concepción cristiana del mundo no parte del Dios creador, o de la creación del mundo. Lo fundamental en la concepción cristiana del mundo radica en la realidad salvífica efectuada en la historia por la que Dios sale de sí mismo “hacia fuera”. Lo fundamental no es que Dios crea, sino que el hecho de la historia de la salvación que continúa hasta hoy y continuará hasta el fin de los tiempos. Este movimiento de la divinidad es libre y soberano, que hace que el mundo no pueda rivalizar o retar a Dios, sino estar subordinado a su Palabra (Jesús, Hijo del Padre) mientras es santificado por el Espíritu. La creación no es algo que sucedió y quedó consumado al sexto día del Génesis, sino que es una acción de Dios que continúa. El eje central de la historia no es el pecado de Adán, ni nuestro pecado, ni el dominio de Satanás sobre este mundo. El eje central de la historia es Jesús como la Palabra del Padre q
Carlos Ramos Mattei