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Los cambios en la tradición cristiana

Obispo con capa y armiño En época del Concilio Vaticano II se regó la idea de que todo estaba cambiando en la Iglesia. Hoy, unas décadas después, hay quien quisiera decir que tales cambios fueron producto del capricho de la banalidad de algunos y en todo caso, que el Concilio no hizo un llamado a tanto cambio. Igual, nos dicen que en realidad no fue tanto lo que cambió. Lo primero que habría que decir es que no tiene sentido obsesionarse con la idea del cambio. Lo importante no es si la Iglesia cambió, si debió cambiar, si no debió... si sí o si no cambió. Lo importante es el evangelio y la predicación del evangelio. Lo importante es la misión evangelizadora, esa es la verdadera finalidad de la Iglesia. Luego, el cambio es un medio y debe estar subordinado a esa finalidad. De lo contrario, nos corremos el riesgo de crear fetiches -- ídolos -- de las formas "progre" y de las formar "carcaj", es decir, de las formas de cambio progresista o de las formas de cam

La reforma de la reforma

El presbítero Ratzinger y el teólogo Ives Congar Hay quien pueda pensar que el tema del Concilio Vaticano II no es relevante hoy día, toda vez que la Iglesia Católica está desmantelando las reformas que llegaron con el Concilio. El Papa Benedicto XVI de hecho ha hablado de “la reforma de la reforma”. Esto es, ha estado hablando de la necesidad de revisar las reformas que se efectuaron con el Concilio y en particular, la reforma de la liturgia. En ese contexto esta publicación no es un llamado a volver al pasado. Esto sería cometer el mismo error de los tradicionalistas que desean volver a los tiempos preconciliares. El pasado ya no se puede repetir y por algo se vio la necesidad de cambiarlo, por las limitaciones y defectos que tenían los usos y costumbres que fueron reformados, “reformulados”. Papa Juan Pablo II en México, 1979 Claro, de la misma manera que hace cincuenta años se vio la necesidad de reformar muchas cosas en la Iglesia Católica mediante las medidas del Conc

Pentecostés

Es un hecho de que Jesús nunca bautiza en los evangelios. Lo que pone como condición para ser uno de los suyos es “seguirle”. Igual, le da importancia a la fe. Finalmente, y como un tercer elemento Jesús habla del bautismo del Espíritu. Lo mismo encontramos en Hechos de los Apóstoles, por ejemplo. En el capítulo 11 Pedro se encuentra con un grupo que recibe el Espíritu mientras él está predicando, sin que todavía hubiesen sido bautizados. Pedro entonces dice, “Había empezado yo a hablar cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo, como al principio había caído sobre nosotros. Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: ‘Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo’. Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios?”. Vale repetir la cita. Jesús dijo, "Juan bautizó con agua pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo&qu

La Ascensión del Señor

Tumba de Galileo en Florencia Para los cristianos, uno de los problemas de la época moderna es la desaparición del cielo como un lugar donde está Dios y la corte celestial. Hasta la época moderna la dimensión divina o espiritual fue también una dimensión física. Para Aristóteles, por ejemplo, no es posible concebir el alma separada del cuerpo. Por eso fue natural pensar en la resurrección y la ubicación de los salvados en un lugar físico, lo mismo que el envío de los condenados al infierno. Pero con la época moderna surgió una separación extrema entre alma y cuerpo, al estilo de Descartes, que sólo podía concebirse a sí mismo como un algo pensante, un ser pensante, mientras dudaba de la realidad de su cuerpo y del mundo material. Esto llevó a la valoración de la ciencia y la potencia del pensar, que podía dar cuenta del mundo o universo. Con el desarrollo de la astronomía surgió la duda sobre ese espacio físico “allá arriba”, el cielo, donde estaría el trono de Dios y lo

Otra vez. El tema del mal del clericalismo en la Iglesia

El mero hecho de cantar a la Iglesia (el Vaticano) como asediada por la malicia de unos enemigos públicos en nuestro tiempo es un síntoma del mal que le aqueja. Ante los hechos innegables de que hubo encubrimiento y defensa de los sacerdotes culpables de delitos sexuales con menores el Vaticano se preocupa más por la imagen de la Iglesia. Cuando debiera preocuparse, no tanto de su propia imagen, sino de sus hijos, las ovejas a su encomienda, es decir, los niños y niñas cuya inocencia fue terriblemente tronchada a manos de quienes ellos confiaban, los sacerdotes. La actitud de la Iglesia lejos de ser la de una orientación pastoral, es de una orientación política y diplomática, por no decir legalista.   El Papa ha emitido un documento, Normae de gravioribus delictis sobre el procedimiento para manejar los casos de acusaciones contra los sacerdotes. Nótese la preocupación implícita: los sacerdotes, sin referencia a las víctimas. El que comienza a leer el documento que aparece en la pág

San Ivo era bretón. Era abogado y no era ladrón

La Iglesia de San Ivo en puro estilo barroco El 19 de mayo es la conmemoración de San Ivo, un santo que fácilmente podría quedar olvidado a no ser por la iglesia en su honor que se encuentra en Roma. De seguro fue mandada a construir por los abogados, ya que San Ivo es patrono de los abogados. Los datos de la vida de San Ivo se pueden obtener de varias fuentes. Aquí algunos-- Su padre lo envió a estudiar a la Universidad de París, donde obtuvo su doctorado como abogado.  En una ocasión oyó esta cita de los evangelios:  "Ciertos malos espíritus no se alejan sino con la oración y la mortificación" (Mc. 9,29). Oyó estas palabras de Jesús y se propuso dedicar buen tiempo cada día a la oración y mortificarse,  en las miradas, en las comidas, el lujo en el vestir, y en descansos que no fueran necesarios. Así alejaría las tentaciones y los malos espíritus. Empezó a abstenerse de comer carne y nunca tomaba bebidas alcohólicas. Vestía pobremente y lo que ahorraba, lo dedica

La Iglesia en guerra contra el mundo y el mundo en contra de la Iglesia

Rev. Raniero Cantalamessa, predicador papal Hace más de un año que los administradores del Vaticano han intentado abandonar aquella idea de adoptar una línea de hacer del victimario, la víctima, es decir, excusar la Iglesia (el Vaticano) por ser víctima de alguna conspiración para atacarla. Pero los hay que todavía creen en continuar con esa línea. Es otra manera de volver a los tiempos preconciliares, antes del Concilio Vaticano II. Con la Revolución Francesa (por fijar un momento en la historia) el estado Vaticano en cuanto gobierno de este mundo se vio enfrentado a la oposición a muerte de los nacionalistas franceses e italianos. De hecho, eventualmente el estado Vaticano sucumbió en 1870 y desapareció de las páginas de la historia como un territorio nacional, es decir, como principado religioso. De primera intención los papas se declararon "prisioneros del Vaticano" y el gobierno del Vaticano se rehusó a reconocer al estado italiano y se alió activamente con los mo