Resulta que el Concilio de Trento no fue tan "tridentino". Estuve leyendo el libro de John O'Malley sobre la historia de Trento y resulta muy interesante descubrir que los padres de ese concilio no fueron tan "tradicionalistas" como los nuestros hoy día. En Trento los padres conciliares nunca decidieron por su voluntad y parecer. Tenían que seguir las directrices que le llegaban del papa, el emperador de Alemania, el rey de Francia o el rey de España. Las votaciones entonces no resultaban de una verdadera reflexión teológica, sino de un juego político de poderes. En ese sentido el Concilio Vaticano II fue un concilio más auténtico, quizás el más auténtico de la historia. El emperador Carlos V, por ejemplo, recomendó que se aboliera el celibato del clero, se le diera la comunión bajo ambas especies al pueblo y otras medidas parecidas. Pero en ese momento el papa Paulo IV, el papa Carafa, famoso por su carácter fuerte, odiaba a los alemanes y a los Habsbu
Carlos Ramos Mattei