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Domingo de Ramos, Ciclo C




Giotto, Entrada de Jesús en Jerusalén


Este domingo, con la bendición de los ramos, se lee una primera lectura tomada del evangelio de San Lucas, que narra la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. San Lucas es el evangelista que leemos este año a través de todo el ciclo C.
Luego de la bendición de los Ramos y la lectura del evangelio, da inicio la procesión. En su sentido litúrgico, la procesión evoca nuestra propia entrada triunfal en la Jerusalén celeste. 
La procesión con los ramos equivale al rito de entrada o comienzo de la misa, como es natural. 
De hecho, la misa en su evolución original se desarrolló a partir de una serie de procesiones, típico de los romanos, que a la menor incitación, hacían una parada. La primera procesión es el rito de entrada. La segunda corresponde al “Ofertorio”, la presentación de las ofrendas; la tercera, la de comunión; la cuarta y final, la de la salida. En latín el diácono echaba a caminar la salida de la procesión con el “Ite, missa est”, “Adelante, esto ha terminado”. De ahí derivó el nombre “misa” en español, con la traducción medieval.



La primera lectura para este domingo es del profeta Isaías 50:4-7. Con este pasaje entramos en el tema de la semana, la Pasión. Evoca al Siervo Sufriente, que aguanta las burlas y el maltrato porque conoce los designios de Dios. “Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.” De esa manera da ejemplo a los abatidos, les ofrece aliento. “El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes.” 
Vemos en esto la figura anticipada de Cristo, que incorpora en su persona los insultos y ofensas de los que no temen a Dios y de los que se sienten con derecho a castigar a otros por sus pecados y pretensiones. Cristo se hizo pecador según la mirada pública, el que de por sí no tenía pecado. Y sufrió, siendo inocente, para también enseñarnos que no hay derecho a castigar así, aun si pensáramos que somos justos y podemos juzgar a los pecadores. Nadie se merece un castigo así.
 “…endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedría defraudado,” termina el pasaje de la lectura. No hay que dejarse llevar por las apariencias. El que ahora es humillado no lo ha olvidado Dios. Cristo nos dio el ejemplo concreto de lo que fue anunciado: Dios no abandona a sus hijos.


El salmo responsorial canta versículos del salmo que Jesús a su vez citó desde la cruz, salmo 22 (21, según la cuenta) y que comienza con el versículo, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” 


La segunda lectura es de la carta de San Pablo a los filipenses 2:6-11. Cristo, siendo Dios, no tuvo reparo en rebajarse al hacerse humano. Es como si el amo se hiciese esclavo y se dejase maltratar como esclavo. Así, viviendo como un ser humano cualquiera, no hizo alarde alguno de ser alguien particular y se dejó humillar hasta la muerte en cruz. Dios entonces lo premió y lo levantó por encima de todo y le dio un título para que la mención de su nombre todos se inclinen en sometimiento “…y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.


La tercera lectura de hoy consiste en la lectura de la narración de la Pasión, como todos los años. En el ciclo C esta lectura está tomada del evangelio según San Lucas, capítulos 22:14-23:56.
No tengo que añadir a los buenos comentarios y sermones que se darán en las celebraciones litúrgicas locales. En la narración de la Pasión se transmite de generación en generación el misterio central de nuestra fe, en el contexto del misterio pascual que meditamos por partes a través del año litúrgico.


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Un modo de meditar sobre el misterio de la Pasión es con las artes visuales. 

El lector puede hacer su propia búsqueda en Internet. 
Aquí, ofrezo unas sugerencias.

La Última Cena, por Duccio ( - The Yorck Project: Public Domain)

La negación de Pedro, (Wikimedia Commons, Google Cultural Institute Project).

“Ecce homo”, “Aquí, el sujeto”, pintura de Antonio Ciseri (siglo 20).

“Qué es la verdad”, representación de Jesús ante Pilato, por Nicolás Ge (ruso, siglo 19).

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La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach es una obra coral que puede escucharse y meditarse apropiadamente en Semana Santa. En YouTube.com hay varias versiones. 

El Mesías por Georg Friederich Handel es otra obra coral que puede también escucharse y meditarse en estos días, también obtenible en YouTube.

La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach es una obra coral que puede escucharse y meditarse apropiadamente en Semana Santa. En YouTube hay varias versiones. En esta obra se incluye un poema atribuído a San Bernardo Claraval en que se va contemplando el cuerpo del Salvador sobre la cruz, parte por parte, de abajo a arriba. La contemplación de la cabeza de Cristo rodeada (adornada) de una corona de espinas culmina el poema y con el tiempo ha llegado a ser un himno religioso apreciado en la liturgia católica y en los cultos de las iglesias cristianas. 
En inglés este himno se conoce como “Oh, Sacred Head Surrounded”. En español se prefirió una traducción más sevillana, por así decir, “Cabeza ensangrentada”. Una búsqueda en YouTube producirá algunos ejemplos hasta grotescos; pongo el enlace a uno para ver la versión de la letra en español: https://www.youtube.com/watch?v=YIgupcQPhlA


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