La señal del Reino de Dios entre nosotros es el amor entre los cristianos. La señal de nuestra fe es el amor entre los hermanos. A Dios no lo vemos, pero al hermano sí lo vemos. Con los ojos de la fe encontramos a Dios en los hermanos. No basta con decir, «Mi verdad es la verdad verdadera». Obras son amores y no buenas razones. No basta con tener la verdad. Es más importante demostrar la verdad con las obras, con los gestos y los hechos concretos.
Fue un gran absurdo cuando los cristianos se persiguieron entre sí a nombre de su propia interpretación de la fe. Es que las interpretaciones son inevitables, como en el ejemplo siguiente. Uno le dice a un niño que dibuje la letra «A». Cada uno dibujará la misma letra, pero con su propio estilo. Algo parecido encontramos si le decimos al niño que dibuje un árbol. Cada niño dibujará un mismo árbol, aunque nunca de manera idéntica. Lo mismo sucede con nuestra experiencia de fe. Cada uno pasa por su propia experiencia, pero luego la expresa de un modo parecido, pero no igual.
Dentro de las mismas iglesias hay variantes que enfatizan uno y otro aspecto de la fe. No es sólo en el catolicismo que encontramos esto. En un momento en el pasado franciscanos y dominicos rivalizaron en sus «verdades» como para dejar de hablarse. Todavía hoy algunos resienten un papa jesuita.
También está el caso de la Iglesia Católica Ortodoxa de Ucrania. Desde afuera parece una iglesia ortodoxa como la rusa, la griega, así. Pero es «católica», alineada con Roma. Data de los tiempos en que parte del territorio ucraniano perteneció al imperio austro húngaro. La ciudad de L’viv, cerca de los límites con Polonia, se ha convertido en un lugar de refugio para muchos que huyen de la cercanía con Rusia y allí han sido acogidos por los ortodoxos católicos, ya que allí está la sede de su metropolitano. Entre tanto el patriarca de Moscú anda alineado con Putin. Esto último no debe indignar, porque el rencor es cosa del Demonio. La actitud del cristiano es otra.
Oremos por la comprensión y el amor entre los cristianos. Oremos que el Espíritu Santo mueva nuestros corazones.
En otros años con motivo de esta semana por la unidad entre los cristianos he recordado los orígenes de esta tradición del octavario de la unidad. Invito a ver mis apuntes de años anteriores simplemente oprimiendo sobre la etiqueta "ecumenismo" a la derecha.
Puede verse este vídeo preparado por la Conferencia Episcopal católica de España.
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