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Mostrando las entradas con la etiqueta fariseos

Domingo 4º de Pascua, Ciclo A

Tradicionalmente este domingo lleva como tema a Jesús, el Buen Pastor Primera lectura La primera lectura de hoy está tomada del libro de los Hechos de los apóstoles, capítulo 2,14a.36-41. Es un pasaje que forma parte del discurso de Pedro a la gente el día de Pentecostés. La gente pensó que los apóstoles estaban borrachos porque hablaban en lenguas y entonces Pedro les aclaró lo que estaba sucediendo. En el discurso de Pedro que nos presenta el autor del libro encontramos una expresión de la fe de los primeros cristianos. Jesús, quien fuera crucificado, ahora Dios lo ha constituido Señor y Mesías, les dice Pedro. «Qué hacer,» le preguntaron. «Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»  Salmo responsorial Reaccionamos a la lectura con los versos d

4º Domingo de cuaresma, Ciclo A

En el evangelio de hoy Jesús cura un ciego de nacimiento. Los discípulos preguntan: ¿Quién pecó, él o sus padres? "Ni él, ni sus padres," les dice Jesús. Esto significa que el ciego es inocente y sin embargo está ahí, como un mendigo a la orilla del camino, y ciego. El ciego de nacimiento nos representa a todos nosotros. Sufrimos, por culpa del pecado de nuestros padres (Adán y Eva). Pero somos inocentes. Esto lo podemos decir sobre todo hoy, cuando aceptamos con los estudiosos de la Biblia que Adán y Eva son un símbolo, no es que existieron literalmente. En los evangelios no se habla del pecado original, ni Jesús se presenta como el que va a inmolarse para que ya no suframos las consecuencias del pecado original. Jesús tampoco habla de un Padre airado, ofendido infinitamente por el pecado de Adán y Eva, de manera que requiera un sacrificio con valor infinito para satisfacer su orgullo herido. El Padre no es un Dios de venganzas. Al menos eso no es lo que encon

Domingo 7º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy está tomada del libro del Levítico 19,1-2.17-18. Dios le habla a Moisés y a través de él a todo el pueblo hebreo y a través de ellos a todos nosotros.  Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que ama­rás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. Cuántos cristianos no han prestado atención a tales exhortaciones. Se pueden considerar mandamientos de la Ley de Dios. Pero los fariseos en tiempos de Jesús no se acordaron de eso. Jesús se los recordó. En ese sentido es que en el evangelio del domingo pasado Jesús nos dijo, «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud». El canto responsorial canta los versículos del salmo 103(102),1-2.3-4.8.10.12-13. «El Señor es compasivo y misericordioso,» nos dice, «lento a

Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy está tomada del libro de Sirac (Eclesiástico) 15,16-21. Anuncia el tema del domingo de hoy, el cumplimiento de la Ley. Para los judíos hasta el día de hoy la Ley es el punto alrededor del cual gira su vida. Es el eje que define su identidad. Así era en tiempos de Jesús.  «Si quieres, guardarás los mandatos del Señor,» dice Sirac. Está en nuestras manos observar los mandamientos de la Ley. También nos dice el texto de la primera lectura: «…delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja.» Esto es, que somos libres, pero que también es necesario aceptar las consecuencias. Una opción implica vida; la otra opción implica muerte.  Sirac también nos dice que Dios no mandó a pecar al ser humano. Los humanos pecamos por cuenta propia. Dios, el Espíritu de Dios, nos mueve en nuestra mente a actuar y pensar de muchas maneras, que es lo mismo que pensaban los antiguos. Pero a diferencia de los demás pueblos, que pensaban que los dioses también

Domingo 2° de Adviento, Ciclo A

En el evangelio de hoy aparece Juan Bautista anunciando que la llegada del Reino y el fin de los tiempos es cosa de «ya».  «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca,» dice. Y más adelante en el pasaje del evangelio de Mateo que escuchamos hoy: «El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego». La semana pasada vimos el caso de la higuera que Jesús maldijo y se secó, junto a lo que podría ser la versión de Lucas, en que el hortelano le pide una oportunidad al señor del terreno, para ver si le da una oportunidad a la higuera para que produzca. En el evangelio de hoy vemos de qué frutos se trata, cuando Juan Bautista increpa a los saduceos y fariseos diciéndoles, «Produzcan el fruto de una sincera conversión». Por eso, dice Juan, «Yo los bautizo con agua para que se conviertan». Pero ya llega el que «los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego». —————————— Dios llega, nos dice. Conjet

DOMINGO 21, TIEMPO ORDINARIO, CICLO C -- 2019

La puerta ancha y la puerta estrecha «Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar el reino de los cielos,» nos dice Jesús hoy en el evangelio. Esto es como decir: los ricos no entrarán al Reino. Dígale esto al pastor Font y los demás como él que predican el «evangelio de la riqueza». Dígaselo a los obispos y cardenales que piensan que deben vivir como príncipes. Pero comencemos con el análisis de las palabras del evangelio. Como otras equivocaciones que introdujeron unos monjes en el siglo 7° (siendo como eran «extranjeros» desconocedores del helenismo y gente de poca cultura) un monje irlandés del siglo 8° se inventó el falso dato (hoy día le llamamos fake news , como cuando publican noticias falsas sobre Carmen Yulín) de que en Jerusalén había una puerta estrecha por donde los camellos de las caravanas casi no podían pasar.  He escuchado el cuento de la puerta llamada «el ojo de la aguja» en Jerusalén, como si fuera lo últi

Pentecostés -- 2019

En el evangelio de San Juan 3,8 Jesús le dice a Nicodemo: «El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.» El Espíritu de Dios se posa sobre cualquiera. No se puede anticipar cómo soplará el viento; tampoco se puede entender cómo actúa el Espíritu de Dios.  Esto es algo desazonador para los administradores ansiosos de mantener un control total desde las oficinas centrales. Así, antes del Concilio Vaticano II cada gesto del sacerdote durante la misa, cada palabra, cada detalle de las vestimentas, estaba rígidamente establecido. El ritual recordaba los encantamientos. Si te equivocabas en algún detalle, como en las recetas de cocina, se echaba a perder la ceremonia, el resultado. Si no decías las palabras exactas, no se daba el milagro. En 1965 Ponce tuvo su segundo obispo puertorriqueño, algo nuevo para aquel entonces. Pero Monseñor Fremiot Torres Oliver no resultó como algunos esperaban. Confundi