1- Un argumento a favor del vernáculo, es que el latín divide la comunidad, antes que unirla. Crea una distancia entre el sacerdote y los feligreses y entre los feligreses entre sí, y hace del culto una acción de iniciados, o subraya las divisiones entre ricos y pobres, cultos e incultos, cosa que debe ser ajena al verdadero cristianismo. Esto es, 0. el que reza o “dice” la misa en latín es el sacerdote, con los feligreses actuando de espectadores pasivos, o de “clientes” de los sacerdotes; 1. luego están los que entienden el latín, que normalmente será sólo el sacerdote (hoy día podría suceder que tampoco el sacerdote entienda lo que “recita”) y alguna que otra persona más culta (algo poco probable); 2. entre el pueblo estarán los que están iniciados a la cultura clerical y entenderán más o menos lo que está sucediendo (lo que se dificulta más si el sacerdote está de espaldas al pueblo y además está masticando el lenguaje con algún acento extraño, como el del inglés o el alemán) y ést
Carlos Ramos Mattei