El domingo después del día de Navidad está dedicado a la Sagrada Familia. En la tradición occidental nos hemos fijado más en el Jesús histórico, que en la tradición bizantina, o de Oriente. Pero siempre ha habido la tensión, acá también, entre visualizar a Jesús como humano y a la vez, divino. Algo así vemos en la ilustración arriba, que representa a Jesús aprendiendo carpintería, al fabricar una cruz, ya desde niño. Es un ejemplo de una piedad mal enfocada, lo que en los años anteriores al Concilio Vaticano II llamábamos beatería. El sentido de la vida oculta de Jesús en el seno de la Sagrada Familia es otro. Lo mismo podemos decir del sentido de su sometimiento, su obediencia y solidaridad con la voluntad del Padre. Baste pensar lo que otros también han apuntado a través de la historia del cristianismo. Dios pudo venir en poder y majestad, como lo anunciaron los profetas, lo que todavía se espera como el Fin de los Tiempos. Pero vino a nosotros como un simple mortal, como un hom
Carlos Ramos Mattei