Ir al contenido principal

Navidades 2020

 



El solsticio de invierno marca la medianoche del día solar (el año solar) en el hemisferio norte. Se da alrededor del 21 de diciembre y es el mediodía del año solar en el hemisferio sur. Allá es el día más largo del año; acá, la noche más larga del año.

La colonización europea nos ha llevado a celebrar las Saturnalias romanas alrededor de estas fechas. No fue que los europeos lo impusieran. Fue algo espontáneo, como el gusto por la Coca Cola y el el fútbol. Hasta en Asia celebran las Navidades. 

Las costumbres y las tradiciones son así. Son como las palabras. Uno habla sin estar al tanto de la evolución de las expresiones. Uno sigue las costumbres sin enterarse de la historia de las costumbres. Uno no tiene que saber del significado de una palabra para saber usarla. Es como el auto: uno no tiene que saber cómo funciona el motor para ir de un sitio a otro en coche.  

Es algo así como la celebración de Halloween y Thanksgiving. Cuando en Francia y España celebran Halloween, parece ser más bien un embeleco. En Puerto Rico celebramos Thanksgiving como una excusa para comer bien y «fiestar».

De esa manera también celebramos las Saturnalias, desde finales de noviembre hasta «las octavitas y los octavones», hasta la Candelaria en febrero. Es como decir, hasta las calendas griegas (sin saber de dónde salió esa frase de «las calendas griegas»).

Aunque el cristianismo puede traducirse a una ideología y un régimen fascista y estalinista (ya lo vimos en el siglo 20), la Navidad no debió ser una tradición que apareció impuesta y por decreto, con tal de desplazar a las Saturnalias romanas. Que hubo una intención de desplazar a las Saturnalias, eso podría ser cierto. Pero, como tantas costumbres imperiales, lo que se aceptó no fue por decreto, sino por afición popular. De nuevo, debió ser como el fútbol y el whisky. En el mundo hispánico todavía se bebe sangría, pero hay preferencia por otras bebidas y cocteles «imperiales». Con el tiempo hemos preferido (en África y en Latinoamérica) el fútbol a las corridas de toros y cosas parecidas. 

Así que la decisión de imponer la celebración del 25 de diciembre como fecha del Natalicio del Salvador nunca se dio, porque no fue que una administración gubernamental cristiana se empeñó en que así fuera. No fue el resultado de una conspiración de cuartos oscuros. 

De seguro los cristianos del siglo cuarto y siguientes se dijeron: si las Saturnalias son un pretexto para fiestar a nombre de invocar a Saturno que no nos deje sumidos en la oscuridad, qué más natural que invocar a Cristo, el nuevo Apolo, el Sol naciente, por la misma razón. Tiene sentido pensar y confirmar entonces que la verdadera fiesta original fue la del 6 de enero y la del 2 de febrero (la Candelaria). Ambas anuncian la luz del mundo, que disipa las tinieblas. Ambas confiesan a Jesús como «Dios con nosotros».

En el fondo, esto es lo que celebramos los cristianos: Jesús, sol en el horizonte, que visualizamos desde las sombras y la oscuridad en que estamos. 

*****

En El cuento de Navidad de Charles Dickens Jesús no aparece. El mísero avaro de Scrooge descubre que el sentido de la Navidad es olvidarse de sí mismo y comenzar a pensar en los que tiene a su alrededor. Entonces decide comprar una cena para que todos coman bien y celebren alrededor de una mesa. Podríamos decir que Jesús está ahí tras el velo del proceso de descubrir que uno es feliz pensando en los demás. 

¿Cuál puede ser la Navidad en ese contexto? ¿Cuál puede ser la Navidad para uno que vive y duerme en las aceras, sin abrigo, desamparado? ¿Cuál puede ser la Navidad en ese sentido de fiesta para uno que vive en un país pobre y aparentemente abandonado de Dios? 

¿Se necesita dinero para vivir la alegría de la Navidad? 

Cierto, «regalo» no tiene que ser algo que uno compra. Para pensar en la otra persona no se necesita dinero.

******

Uno puede sentirse abandonado de Dios, sí. En ese sentido uno puede habitar en el país de las tinieblas. Para una persona así tiene sentido ver al Niño Jesús como la promesa de que Dios no se olvida de nosotros. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé...

Domingo 10 del Tiempo ordinario, Ciclo B

Isaac Van Osten, El paraíso . Adán y Eva están a la distancia, derecha. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Génesis, capítulo 3, versículos 9 al 15. Narra el momento en que Adán y Eva se esconden entre la maleza cuando Dios llega paseándose por el Edén como un hacendado que voltea la finca. Dios los llama y ellos le dicen que tienen miedo a salir porque están desnudos. De inmediato Dios sabe que comieron del fruto prohibido.  El fruto prohibido no fue una manzana, porque en la región de Iraq (donde tradicionalmente se ubica el Edén) no hay manzanas. Eso recuerda la representación de Jesús como un alemán de ojos claros y cabellos rubios. Pero eso no es importante, porque lo importante es el punto del relato. Dios puso una regla y los seres humanos desobedecieron.  Cuando Dios reclama, cada uno se canta inocente. Adán le echa la culpa a Eva; Eva a la serpiente.  De inmediato surgen puntos a meditar. En el Edén no hubo taquígrafo, s...

Las tentaciones de Jesús (en Viernes Santo)

Gustave Doré,  Jesús abandona el Pretorio Al final de la cuaresma vale recordar el comienzo. En el primer domingo de cuaresma el evangelio nos refiere a las tentaciones de Jesús en el desierto. En cuanto hombre esas tentaciones de seguro acompañaron a Jesús durante toda su vida mortal. Con más razón estarían con él al momento de la Pasión y la crucifixión.  En el Jesús tentado somos todos tentados y por eso todos participamos en el triunfo de Jesús. Las tentaciones de Jesús son nuestras tentaciones también. Todavía más serio que el ser tentado por las debilidades del cuerpo, de nuestra biología, están las tentaciones al orgullo, la vanidad, la posibilidad de retar y cuestionar a Dios. La primera tentación de Jesús en el desierto fue la de convertir las piedras en pan, cuando sintió hambre. Sí, fue un asunto de sentir la debilidad del propio cuerpo. Pero el asunto representaba algo más complicado. Pienso que se trata del orgullo del poder, de la vanidad. “Yo ...