El tema de este domingo es la alegría y el gozo del Adviento
La primera lectura está tomada del profeta Isaías 61,1-2a.10-11. Es la misma cita que Jesús leyó en la sinagoga al comienzo de su predicación:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.
En la sinagoga Jesús dirá: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.» (Lucas 4,21)
De esta manera la primera lectura ya anuncia la causa de nuestra alegría pascual, de la pascua de Navidad. La segunda parte de esta primera lectura exclama, «Desbordo de gozo con el Señor… Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos»
Este es el tono de este domingo: la alegría y el gozo de la Navidad que ya está cerca. El gozo de saberse amados por Dios.
En algunas parroquias, donde tienen las vestimentas y los accesorios, el que preside se reviste de rosado para señalar el tema de la alegría, propio de este domingo.
Salmo responsorial: Este domingo no cantamos los versículos de un salmo. Nos unimos a la Virgen en su cántico alegre ante el hecho de que Dios no se ha olvidado de nosotros. Entonces cantamos los versos del Magnificat.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
……………
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
La segunda lectura está tomada de la primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses capítulo 5,16-24. «Hermanos: Estad siempre alegres» comienza el pasaje de hoy. De esta manera expresa el tema de hoy, de la gozosa esperanza por nuestro Salvador, por la seguridad que llegará para elevarnos con él al cielo. «Guardaos de toda forma de maldad,» nos exhorta. De esa manera el Señor no tendrá cosa que reprocharnos al momento de su retorno. «El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.»
El evangelio corresponde al comienzo del evangelio de San Juan, 1,6-8.19-28. «Surgió un hombre enviado por Dios,» nos dice. Se trata de Juan Bautista, que vino como testigo de la luz. Él no era la luz, sino el Profeta de la luz. Los judíos hasta el día de hoy creen que los últimos tiempos serán inaugurados por la predicación del Profeta final.
Intrigados, los levitas y sacerdotes de Jerusalén enviaron mensajeros a ver a Juan bautizando en el Jordán. «¿Tú quién eres?», le preguntaron. Él les dijo claramente, «Yo no soy el Mesías». Le preguntan entonces si él es Elías.
Según los judíos hasta el día de hoy, el profeta Elías vendrá bajado del cielo para anunciar el fin inminente.
Juan les dice que él no es Elías. Por eso le preguntan, «¿Eres tú el Profeta?» Es que algunos piensan que en vez de Elías será un profeta especial, muy especial.
El vuelve a negarlo. Ellos entonces le presionan para que se identifique. Entonces Juan les dice que él cumple la función de un profeta, «voz que clama en el desierto» para preparar el camino al Señor.
Los mensajeros le cuestionan, «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
«Yo bautizo con agua,» les contesta, pero viene uno detrás de él que bautizará con el Espíritu, les dice Juan. (El pasaje de la lectura de hoy omite esta línea.)
«Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando,» termina el pasaje de hoy. Recordemos la importancia que tuvo Betania en la vida de Jesús.
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En tiempos de Jesús circulaba la creencia de que al final de los tiempos llegará el profeta Elías. Es algo que los judíos creen hasta el día de hoy. En todo caso vendrá un gran Profeta para inaugurar la etapa final de este mundo y el final del tiempo de duración de la Creación.
En aquel momento de los tiempos de Juan, tenía sentido pensar que Jesús era ese Profeta. Más adelante Jesús lo negará y dirá que no, que fue Juan el que vino como Elías "e hicieron con él lo que les dio la gana"; es decir, que Herodes le mandó a cortar la cabeza.
Sabemos que en tiempos de Jesús hubo una polémica entre los seguidores de Jesús y los seguidores del Bautista, sobre todo en los tiempos posteriores a las resurrección. La discusión no fue si Jesús fue de naturaleza divina y humana a la vez. Esa discusión se dio mucho tiempo después, en otro contexto, el del mundo griego, o helenístico.
En los tiempos de las primerísimas comunidades cristianas prácticamente todos los seguidores de Jesús eran judíos. Probablemente la primera polémica que se dio fue esta: si Jesús fue el Profeta enviado por Dios, o si ese fue el papel de Juan Bautista. De ahí nació la religión mandea o sabiniana. Los mandeos dicen hasta hoy que Jesús fue un falso profeta que desacreditó al verdadero Enviado, que fue el Bautista. Hay quien propone que de aquellos mandeos derivó eventualmente el Islam.
Lo estudiosos entonces nos dicen que el evangelio del apóstol Juan, que fue escrito alrededor de 90 años después de Cristo, presupone esa intensa polémica en su momento. Por eso el evangelista se interesa en demostrar que el mismo Bautista no se vio a sí mismo como el Enviado. Los estudiosos de las Escrituras confirman que así fue, que el Bautista nunca pretendió ser «el Profeta».
De hecho, una vez que el apóstol Pablo entra en escena, ya no se menciona más el tema, como en toda la segunda parte del libro de los Hechos de los apóstoles. Así que fue un tema que interesó más a los judíos cristianos. El tema entonces fue desplazado una vez que aquellos judíos cristianos perdieron el liderazgo dentro de las primeras comunidades.
(Para estos apuntes dependo de Oscar Cullman, La cristología del Nuevo Testamento.)
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A partir del día 15 de diciembre comienzan las tradicionales «misas de aguinaldo». Es un novenario que culmina con la celebración de la Navidad el 24-25 de diciembre. El novenario coincide con «las antífonas O» en que meditamos el misterio de Jesús Salvador en términos de diversos símbolos del Viejo Testamento que anunciaron al futuro mesías.
De © Guillaume Piolle, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5694927 |
En Adviento también se practica la devoción a la «Virgen de la O» o Virgen encinta. Es una tradición que se remonta al siglo séptimo en España. Aprovecho para recomendar villancicos flamencos como los que se pueden encontrar en YouTube.
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