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Domingo 4 de Adviento, Ciclo B - Navidad 2023

  Este año el domingo cuarto de Adviento cae en la misma víspera de Navidad, 24 de diciembre.  El evangelio de hoy y el evangelio de mañana (Navidad) nos presentan ambos de manera explícita el misterio de nuestra fe que ahora celebramos: Jesús como Palabra del Padre.  «Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,» nos dice la epístola a los Hebreos 1,1-3. Esto es lo que celebramos y nos llena de alegría, que Dios no se olvida de nosotros y nos ofrece el camino a la felicidad eterna, que es el mismo Jesús, que nos dijo, «Yo soy el camino» (Juan 14,6). Ahí está: el camino no es vestir

Domingo 2° de Adviento, Ciclo B

  «Consolad, consolad a mi pueblo,» comienza la primera lectura, tomada del libro de Isaías, capítulo 40. Dios anuncia por boca del profeta la vuelta del Destierro en Babilonia y la restauración del reino de Israel–Judá.  ¿Será que en el siglo 20 se comenzó a cumplir esta profecía con la creación del estado de Israel? ¿Estaremos en los últimos tiempos como piensan algunos fundamentalistas cristianos? Pero al continuar la lectura nos damos cuenta de que no se trata de una mera descripción histórica, sino que es una descripción llena de imágenes: «…que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor…» Nos damos cuenta de que se trata de la evocación y anticipación de lo que será un paraíso restaurado sobre la tierra. De ahí que luego hablemos de los tiempos mesiánicos al hablar de lo que describe el profeta. En un futuro llegará el Mesías para inaugurar el reino de Dios en esta tierra como la res

Domingo 34 del Tiempo Ordinario, Ciclo A -- Solemnidad de Cristo Rey

  El evangelio de hoy nos presenta el Juicio Final cuando Jesús vuelva en majestad La primera lectura de hoy está tomada del profeta Ezequiel 34,11-12.15-17. Nos presenta la imagen de Yahvé como el pastor que cuida del rebaño, el pueblo de Israel.  «Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré. Como cuida un pastor de su grey dispersa, así cuidaré yo de mi rebaño,» dice. Es la misma imagen de Jesús como Buen Pastor. «Yo mismo apacentaré mis ovejas…Buscaré a la oveja perdida, recogeré a la descarriada…vendaré a las heridas…» Y termina: «Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».  De esa manera la primera lectura anuncia el tema de este domingo: Jesús vino a buscar las ovejas perdidas para traerlas a su rebaño. Pero para que la oveja pueda entrar al Reino (el Reino es el rebaño) se necesita que también tenga las cualidades necesarias, que cumpla con el requisito de ciertas cualidades. Al Reino no pueden entrar los avaros, ni los egoístas (Mateo 6,23ss), es decir, los

Domingo 33 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de los talentos. La primera lectura , de Proverbios 31,10-13.19-20.30-31, presenta la figura de la mujer fuerte que es el ancla de su hogar y orgullo de su marido.  El salmo responsorial (salmo 127,1-2.3.4-5) responde a la primera lectura subrayando lo que distingue a un buen hijo de Dios, el respeto. «Dichoso el que teme al Señor,» cantamos.  Por «temor» queremos decir «respeto» a Dios. El verdadero respeto no deriva del miedo, sino del reconocimiento de Dios como Padre y  Señor nuestro. Obedecemos a Dios y vivimos según sus mandatos porque es lo adecuado. En el temor (respeto) de Dios el hombre y la mujer actúan reconociendo el modo justo, correcto, de actuar, que es lo que Dios nos pide. En la Biblia el «justo» es el que «teme» a Dios.  Entonces cantamos a la imagen de la familia: «Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa». Es la imagen de los que viven conscientes

Domingo 32 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de las vírgenes que esperaban al esposo con sus lámparas encendidas En tiempos de Jesús los reyes tenían múltiples esposas, algo que también vemos en el caso de los patriarcas del Antiguo Testamento. En la parábola Jesús habla de un grupo de chicas que esperan la llegada del esposo para entrar a la boda. Esperan en la oscuridad para poder unir su destino al esposo y encontrar su felicidad.  Las doncellas (las chicas) están en la oscuridad y por eso se alumbran con unas lámparas de aquel entonces, un recipiente de aceite (como la lámpara de Aladino) al que se le ponía una mecha (algún tejido) que entonces se encendía. ¿Cuánto podía durar el carburante, el aceite? De seguro que unas cuantas horas. Pero si para empezar uno ya llegó al punto de encuentro con el tanque medio vacío, no va quedar tanto para alumbrarse por horas largas.  Esto fue lo que le sucedió a las chicas necias, las que no fueron prevenidas y llegaron con las lámparas y

Domingo 31 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En el evangelio de hoy Jesús denuncia la hipocresía de los fariseos.  La primera lectura de hoy está tomada del profeta Malaquías 1,14b-2,2b.8-10. El profeta ataca fuertemente a los sacerdotes de su tiempo por no cumplir bien con su oficio pastoral de dirigir al pueblo. Los denuncia y los maldice:  "Esto es lo que os mando, sacerdotes: Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, dice el Señor del universo, os enviaré la maldición." "Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley," les dice. Es que "vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley". El salmo responsorial corresponde al salmo 130: "Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad", cantamos. De esta manera expresamos la actitud cristiana, que los sacerdotes de los tiempos de Malaquías no tuvieron. La segunda lectu

Domingo 30 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

  En estos días se ha estado dando en el Vaticano el Sínodo sobre la sinodalidad. Ha sido curioso darse con las objeciones de algunos tradicionalistas respecto a esta actividad. Es algo así como la falta de comprensión que tuvieron los fariseos respecto a Jesús.  El evangelio de hoy es en cierto modo una continuación del evangelio del domingo pasado. El domingo pasado llegaron a presentarle una pregunta capciosa a Jesús sobre el tributo al César. Este domingo, en la continuación de la lectura del evangelio de Mateo, Jesús reafirma lo que es esencial para Dios y que ya está en las Escrituras: el amor a Dios y al prójimo.  Amar al prójimo es intentar amarlo como Dios mismo lo ama; como Dios nos ama a cada uno de nosotros. Dios nos ama con nuestras faltas y virtudes. Porque Dios nos comprende, nos ama. Nosotros, sin comprender a veces, estamos llamados a amar ciegamente, aun cuando es posible que el prójimo sea un canalla o un inmoral decadente. Esto es lo que no comprenden los fariseos,