Ir al contenido principal

Domingo 32 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

 


En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de las vírgenes que esperaban al esposo con sus lámparas encendidas

En tiempos de Jesús los reyes tenían múltiples esposas, algo que también vemos en el caso de los patriarcas del Antiguo Testamento. En la parábola Jesús habla de un grupo de chicas que esperan la llegada del esposo para entrar a la boda. Esperan en la oscuridad para poder unir su destino al esposo y encontrar su felicidad. 

Las doncellas (las chicas) están en la oscuridad y por eso se alumbran con unas lámparas de aquel entonces, un recipiente de aceite (como la lámpara de Aladino) al que se le ponía una mecha (algún tejido) que entonces se encendía. ¿Cuánto podía durar el carburante, el aceite? De seguro que unas cuantas horas. Pero si para empezar uno ya llegó al punto de encuentro con el tanque medio vacío, no va quedar tanto para alumbrarse por horas largas. 

Esto fue lo que le sucedió a las chicas necias, las que no fueron prevenidas y llegaron con las lámparas ya casi vacías. Al apagárseles las lámparas, quedaron en la oscuridad y así el novio no iba a poder verlas al llegar. Esas chicas necias son el foco de atención de la parábola. 

Ese es el punto de la parábola: estar preparados para la llegada de… del esposo, de la muerte, de Dios. 

…………..

Mientras que en otras religiones los humanos buscamos a Dios, en el caso de Israel y el cristianismo, Dios es el que nos busca. Pero si no estamos preparados, Dios no puede encontrarnos, no puede vernos. Sin las lámparas encendidas nos quedamos en la oscuridad. Dios nos busca, pero nosotros también tenemos que organizar nuestra vida y estar a la escucha de la Palabra, a los modos con que Dios llega a nosotros.

Habrá quien diga que la parábola se ubica en el contexto de una sociedad patriarcal, machista, en que la vida de una chica gira en torno a la atención de un hombre que se case con ella y la mantenga y la tenga. 

Pero el enfoque de la parábola no es la dependencia en los hombres. La parábola no habla de una boda al modo humano, ni de un esposo al modo humano, ni de unas necias al modo humano. Dios no tiene sexo, como no tiene lengua para hablar al modo humano. Por eso tuvo que hablarnos por boca de los profetas y por Jesús.

La parábola refiere al reino de los cielos y habla de estar preparados para entrar cuando se abra la puerta. De eso se trata. La necedad de las necias fue no ser prevenidas, no prevenir. El cristiano vive atento a Dios y de esa manera será una alegría cuando de repente se ve de cara a Dios, ya desde ahora, de tantos modos y a diario, como cuando un deambulante alarga su mano para pedir ayuda. O cuando ves a uno que a pesar de ser millonario se encuentra necesitado de ayuda en la autopista porque se le explotó una goma.

Invito a ver mis apuntes del año 2020 (oprimir) sobre las lecturas de este domingo.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé...

Domingo 10 del Tiempo ordinario, Ciclo B

Isaac Van Osten, El paraíso . Adán y Eva están a la distancia, derecha. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Génesis, capítulo 3, versículos 9 al 15. Narra el momento en que Adán y Eva se esconden entre la maleza cuando Dios llega paseándose por el Edén como un hacendado que voltea la finca. Dios los llama y ellos le dicen que tienen miedo a salir porque están desnudos. De inmediato Dios sabe que comieron del fruto prohibido.  El fruto prohibido no fue una manzana, porque en la región de Iraq (donde tradicionalmente se ubica el Edén) no hay manzanas. Eso recuerda la representación de Jesús como un alemán de ojos claros y cabellos rubios. Pero eso no es importante, porque lo importante es el punto del relato. Dios puso una regla y los seres humanos desobedecieron.  Cuando Dios reclama, cada uno se canta inocente. Adán le echa la culpa a Eva; Eva a la serpiente.  De inmediato surgen puntos a meditar. En el Edén no hubo taquígrafo, s...

Domingo 31 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy vemos lo fundamental para un cristiano: Dios y el prójimo En la primera lectura tomada del Deuteronomio vemos lo fundamental para un judío (y para todo ser humano): «Escucha, Israel: El… Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón». En el evangelio de hoy un escriba viene y le pregunta a Jesús cuál es el mandamiento mayor. Jesús le repite las palabras de la primera lectura de hoy: el mandamiento mayor es amar a Dios. Pero además hay un segundo mandamiento, añade Jesús. A lo fundamental que es el amor a Dios, Jesús añade el amor a los demás, citando Levítico 19,18: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Los escribas eran reconocidos por ser muy entendidos en las Escrituras y por eso se les consideraba autoridades y se les consultaba sobre asuntos de la fe, de la misma manera que hoy día los fieles consultan a los párrocos y a los ...