Según nos dicen los estudiosos de la Biblia, el pasaje del evangelio de hoy refleja directamente la predicación original de Jesús.
El Reino ya está con nosotros, pero Dios detiene la mano para darnos un tiempo de preparación.
Estamos como los pasajeros del Titanic, preparándonos para el fin.
Jesús testimonia que es así. Él mismo resucitó para dejar saber que ya estamos ahí.
Dejo al lector que persiga esta reflexión–indicación: ¿qué pensar de esto?
Qué pensar, sí, en medio del agosto caluroso que nos deja saber que el calentamiento global no es una ficción.
El lector puede ver también mis apuntes del 2016 para este domingo.
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