Este domingo tradicionalmente fija la atención sobre Jesús, el Buen Pastor.
Al preparar estos apuntes los cardenales todavía no han electo el nuevo pontífice.
Justo entonces se ha anunciado el nuevo papa León XIV, el cardenal Prevost, misionero primero, y luego obispo y cardenal en el Perú.
A la luz de la nueva configuración del orden mundial en los últimos meses (ya Estados Unidos no respalda el bloque europeo frente a Rusia, entre otras cosas), más que nunca la figura del papa ha de cumplir el papel de figura de unidad y llamado al reconocimiento de los valores humanos que también son los del cristianismo. A diferencia de la Edad Media, cuando los papas eran un elemento más de discordia y guerra, en el siglo 20 el papado ha adquirido un significativo liderazgo moral entre las naciones.
Es Espíritu Santo ilumina, pero no obliga; sugiere, pero no impone. Los seres humanos somos libres y los esquemas de los juegos de poder son cosa de humanos y no de dioses.
Tampoco hemos de asumir que los juegos de poder que luchan contra las inspiraciones del Espíritu Santo han de verse como obra del diablo. El diablo no es un poder que pueda rivalizar con Dios. No; es que Dios nos deja que nosotros seamos libre y cometamos errores y nos pone las soluciones en el camino. Pero toca a nosotros reconocer las soluciones y encaminarnos, siguiendo la inspiración del Espíritu.
En 1972 el papa Pablo VI denunció lo que para él era «el humo de Satanás» que se podía percibir en el Vaticano, lo que provocó burla de parte de la prensa internacional. En aquel momento me pareció algo inusitado. Con el tiempo fui entendiendo; en particular, cuando leí en el diario publicado del papa Juan XXIII, cuando éste dice quedar sorprendido por la falta de respeto a su persona por parte de miembros de la Curia. Mientras que las buenas personas (católicos o no) sienten un gran respeto por el papa, eso no es así para los tradicionalistas y para otros que pecan de «impiedad» (en su sentido clásico romano y judío). Ese era «el humo de Satanás» que se colaba en el Vaticano, la oposición ciega e impía de los que no entendían, ni toleraban, la visión de la reforma del cristianismo tradicional según el Concilio Vaticano II. Causaron y siguen causando mucho daño.
Un ejemplo reciente de esto se ha dado con el caso del cardenal Cipriani, suspendido de sus privilegios y funciones por el papa Francisco antes de morir. Se ha comentado el caso del cardenal Becciù, que también fue suspendido de sus privilegios. Al cardenal Becciù se le suspendió por el manejo irresponsable de los fondos del Vaticano, pero en el caso del cardenal Juan Luis Cipriani de Lima, Perú se le suspendió por pedofilia, por abuso sexual de menores. El papa le sancionó y le prohibió usar los distintivos propios de cardenal, quitándole todos los privilegios asociados a dicha posición.
El arzobispo peruano, sin embargo, llegó al Vaticano luego de la muerte del papa Francisco, revestido de cardenal y presentándose a las reuniones oficiales de los cardenales, como si nada. Contrario a las normas del Opus Dei (organización a la que pertenece) que instan a la obediencia ciega a los superiores y a interpretar con obediencia las órdenes de sus mayores como expresión de la voluntad de Dios, la soberbia de Cipriani parece que le lleva a excusarse diciendo que fue víctima de unas mentiras. Pero difícilmente papa Francisco hubiera procedido a algo tan serio como despojarle de su status cardenalicio si no hubiera habido suficiente evidencia para justificar esa medida.
Ni tan siquiera la posibilidad de provocar escándalo amedrenta a este señor. Es una actitud típica de ciertos reverendos que se creen que su condición de religiosos les ubica más allá de cualquier juicio. No fue así la actitud de Jesús ante sus acusadores. Siendo inocente, Jesús estuvo dispuesto al Calvario. No menos deben hacer sus seguidores, aun si es cierto que son inocentes y con más humildad, si son monstruos depredadores de niños. Es un caso más en que un tradicionalista se proyecta de una manera poco cristiana.
Rogamos a Dios que nuestro próximo papa siga los pasos, no de papa Francisco, sino del evangelio, sabiendo que lo importante es ser cristiano, sobre todo. Rogamos que pueda ser un pastor siguiendo los pasos de Jesús, el Buen Pastor.
En años anteriores preparé comentarios sobre las lecturas para este domingo.
Propongo ver mis apuntes para las lecturas de este día, del 2016.
También, los comentarios del año 2019.
También propongo otros comentarios más recientes, del 2022.
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