Ir al contenido principal

Domingo 16, Tiempo Ordinario, Ciclo B

 


El tema de este domingo es Jesús, en su labor de pastor

En la primera lectura el profeta Jeremías (23,1ss) anuncia que llegarán días en que Yahvé reunirá de nuevo a las ovejas perdidas de Israel y suscitará un rey que las guiará con justicia ("como Dios manda"; como se supone que sea). En los días de ese rey Israel y Judá vivirán felices. 

En el evangelio de hoy Jesús alude a esa idea que estaba en el ambiente y que también está en el profeta Miqueas (1 Reyes 22,17), por ejemplo. 

Pero no es lo mismo decirlo, que hacerlo. En el evangelio de hoy se nos dice que Jesús y sus allegados estaban cansados, porque la multitud era grande y llevaban rato (se sobreentiende) atendiéndolos. "No tenían tiempo ni para comer," dice el evangelio. Por eso Jesús les dice que vayan todos en una barca a la otra orilla para alejarse de la multitud. 

Nos podemos imaginar la multitud. Habría todo tipo de personas. Habría gente humilde y buena con fe y grandes necesidades. Pero también habría todo tipo de curiosos, con un interés superficial en ver a Jesús y sus discípulos. No debió ser fácil distinguir entre unos y otros.

Luego, estaría el interés de Jesús en instruir a sus allegados, en catequizarlos directamente. Eso puede explicar también que les haya instado a abandonar la multitud y huir en la barca al otro lado del lago.

Aquí encontramos al Jesús humano. No fue un superhombre. Fue igual que nosotros, hasta en el cansancio. 

Entonces, cuando llegan a la otra orilla, encuentran que muchos se dieron cuenta de lo que hacía y salieron corriendo para recibirle al otro lado del lago. "Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma," nos dice el evangelio. 

Así, Jesús nos dio el ejemplo de lo que es un pastor que se olvida de sí mismo para atender a los que le necesitan.

En el 2018 presenté unos apuntes sobre las lecturas de este domingo, que el lector puede ver pulsando aquí


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pablo, Marcos y Bernabé

Rafael Sanzio, San Pablo predicando en Atenas El 11 de junio se celebra la fiesta de San Bernabé. Se dice que Pablo pudo evangelizar a los gentiles "a través de la puerta que abrió Bernabé". Luego de su conversión, Pablo vino a Jerusalén, pero no fue bien recibido por los hermanos, que no se fiaban de él por haber sido perseguidor de cristianos. (Hechos 9:26–28) Bernabé fue el que buscó a Pablo y entró en conversación con él, desarrolló amistad con él, y lo trajo a la comunidad de los demás hermanos, consiguiendo que confiaran en él. Pablo, Bernabé y Juan Marcos se fueron juntos en un viaje de evangelización. Pero a mitad de camino Marcos se separó de ellos y se volvió. (Hechos 13:13) Los Hechos de los Apóstoles no dan la razón que hizo que Marcos retornara. Es posible que fuese algo completamente normal y explicable. Pero también pudo ser el resultado de un buen altercado con Pablo, que de seguro era bastante fogoso. En una ocasión más tarde Pablo y Bernabé...

Domingo 10 del Tiempo ordinario, Ciclo B

Isaac Van Osten, El paraíso . Adán y Eva están a la distancia, derecha. La primera lectura para este domingo está tomada del libro del Génesis, capítulo 3, versículos 9 al 15. Narra el momento en que Adán y Eva se esconden entre la maleza cuando Dios llega paseándose por el Edén como un hacendado que voltea la finca. Dios los llama y ellos le dicen que tienen miedo a salir porque están desnudos. De inmediato Dios sabe que comieron del fruto prohibido.  El fruto prohibido no fue una manzana, porque en la región de Iraq (donde tradicionalmente se ubica el Edén) no hay manzanas. Eso recuerda la representación de Jesús como un alemán de ojos claros y cabellos rubios. Pero eso no es importante, porque lo importante es el punto del relato. Dios puso una regla y los seres humanos desobedecieron.  Cuando Dios reclama, cada uno se canta inocente. Adán le echa la culpa a Eva; Eva a la serpiente.  De inmediato surgen puntos a meditar. En el Edén no hubo taquígrafo, s...

Las tentaciones de Jesús (en Viernes Santo)

Gustave Doré,  Jesús abandona el Pretorio Al final de la cuaresma vale recordar el comienzo. En el primer domingo de cuaresma el evangelio nos refiere a las tentaciones de Jesús en el desierto. En cuanto hombre esas tentaciones de seguro acompañaron a Jesús durante toda su vida mortal. Con más razón estarían con él al momento de la Pasión y la crucifixión.  En el Jesús tentado somos todos tentados y por eso todos participamos en el triunfo de Jesús. Las tentaciones de Jesús son nuestras tentaciones también. Todavía más serio que el ser tentado por las debilidades del cuerpo, de nuestra biología, están las tentaciones al orgullo, la vanidad, la posibilidad de retar y cuestionar a Dios. La primera tentación de Jesús en el desierto fue la de convertir las piedras en pan, cuando sintió hambre. Sí, fue un asunto de sentir la debilidad del propio cuerpo. Pero el asunto representaba algo más complicado. Pienso que se trata del orgullo del poder, de la vanidad. “Yo ...