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Mostrando las entradas con la etiqueta Biblia

Domingo 20, Tiempo Ordinario, Ciclo A

  Anónimo, comienzos del siglo 17 La primera lectura de hoy está tomada del profeta Isaías 56,1.6-7. Anuncia los tiempos mesiánicos: «mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria.» Por eso, porque la salvación de Dios ya llega, «Guardad el derecho, practicad la justicia». El día de la llegada del Señor será motivo de lamento para los malos, pero será motivo de alegría para los buenos. La salvación de Dios no es sólo para los judíos, sino que es para todos los pueblos. Los extranjeros que se han dado al Señor también, a ellos Dios los traerá a Jerusalén sobre su monte santo, el monte Sión, para servirle. «…los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.» En su intención original, es una especulación mía, el pasaje posiblemente se refiere al sometimiento de los pueblos extranjeros al reino futuro de David. Recordemos que la red

Domingo 19 del tiempo ordinario Ciclo A

  La primera lectura de hoy está tomada del Primer Libro de los Reyes 19,9a.11-13a. El pasaje corresponde al momento en que Elías, huyendo de la ira de Jezabel, la reina consorte del rey de Israel, está refugiado en una cueva, quizás asunto de un hueco entre las rocas.  Jezabel, la reina, dominaba del todo a Ajab, su esposo, el rey de Israel (el Reino del Norte). Siendo canaanita, promovió el culto a los baales y dio muerte a todos los profetas de Yahvé, excepto algunos, como Elías. Para demostrar el poder de Yahvé, Elías convocó a una especie de certamen con los sacerdotes de Baal. Vendrían todos a donde él, en el monte Carmelo y allí se prepararían dos sacrificios, uno para Baal y otro, para Yahvé. Invitó entonces a los sacerdotes de Baal a que invocasen fuego del cielo para encender su holocausto. No sucedió. Al atardecer Elías hasta echó agua sobre los pedazos de carne de su propio holocausto. Entonces llovió fuego del cielo y se encendió el sacrificio.  Al demostrarse que el verd

Domingo 18 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

La primera lectura de hoy está tomada del profeta Isaías 55,1-3. Es un anuncio de los tiempos mesiánicos. En esos tiempos habrá comida y bebida para todos, sin tener que pagar. «Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche,» dice el profeta. «¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia?» Se ve que el alimento que menciona el profeta no es necesariamente el material, sino el espiritual. Si saben prestar atención, dice, se deleitarán con manjares sabrosos.  «Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David.» De esa manera indica que el compromiso de Dios con Israel y con todos nosotros es desde siempre, el mismo desde el principio, un compromiso eterno.  Recordemos el contexto. Los israelitas y los judíos fueron llevados al Cautiverio, y también dispersados por el mundo. Su territorio fue entregado a extranjeros que lo colonizaron. Los profetas señalaron que no es que Yahvé fuese un dio

Solemnidad del Corpus Christi, año 2020

El sentido de comunidad cristiana es algo que hemos estando buscando recuperar desde el Concilio Vaticano II, a mediados de siglo veinte. En mi caso personal nunca tuve tiempo para leer sobre el tema como sería apropiado y difícilmente podía captar esto hasta que llegué a leer a Dom Gregory Dix sobre el tema de la liturgia. Así, caí en cuenta en todo lo que significa la necesidad de tomar consciencia o hacerse cargo de lo fundamental que es el aspecto comunitario de la celebración eucarística. Ahora es que vi bien en qué consistió la necesidad de dejar el latín como lengua de culto y subrayar la participación del pueblo. Cuando Lutero montó su protesta e inició la Reforma protestante, los cristianos no encontraban la expresión más apropiada de su relación con Dios en el culto público, en la misa. Lo encontraban en sus devociones personales. Esto fue lo que se perpetuó en realidad a partir de ese momento, tanto en el catolicismo, como en las iglesias separadas. Ese es el pun

Domingo 4º de Pascua, Ciclo A

Tradicionalmente este domingo lleva como tema a Jesús, el Buen Pastor Primera lectura La primera lectura de hoy está tomada del libro de los Hechos de los apóstoles, capítulo 2,14a.36-41. Es un pasaje que forma parte del discurso de Pedro a la gente el día de Pentecostés. La gente pensó que los apóstoles estaban borrachos porque hablaban en lenguas y entonces Pedro les aclaró lo que estaba sucediendo. En el discurso de Pedro que nos presenta el autor del libro encontramos una expresión de la fe de los primeros cristianos. Jesús, quien fuera crucificado, ahora Dios lo ha constituido Señor y Mesías, les dice Pedro. «Qué hacer,» le preguntaron. «Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»  Salmo responsorial Reaccionamos a la lectura con los versos d

4º Domingo de cuaresma, Ciclo A

En el evangelio de hoy Jesús cura un ciego de nacimiento. Los discípulos preguntan: ¿Quién pecó, él o sus padres? "Ni él, ni sus padres," les dice Jesús. Esto significa que el ciego es inocente y sin embargo está ahí, como un mendigo a la orilla del camino, y ciego. El ciego de nacimiento nos representa a todos nosotros. Sufrimos, por culpa del pecado de nuestros padres (Adán y Eva). Pero somos inocentes. Esto lo podemos decir sobre todo hoy, cuando aceptamos con los estudiosos de la Biblia que Adán y Eva son un símbolo, no es que existieron literalmente. En los evangelios no se habla del pecado original, ni Jesús se presenta como el que va a inmolarse para que ya no suframos las consecuencias del pecado original. Jesús tampoco habla de un Padre airado, ofendido infinitamente por el pecado de Adán y Eva, de manera que requiera un sacrificio con valor infinito para satisfacer su orgullo herido. El Padre no es un Dios de venganzas. Al menos eso no es lo que encon

Epifanía 2020

«En el principio era el Verbo», comienza el evangelio de San Juan, «y el Verbo era Dios». Es como decir que todo lo que hay tuvo un principio, tiene un principio. Todo lo que hay tuvo un comienzo, tiene un fundamento. Ese principio y fundamento es la Palabra que siempre estuvo con Dios, que emana de Dios desde la eternidad de su siempre estar siendo. Probablemente en eso pensaban los cristianos helenistas y otros místicos de la época del redactor del evangelio. La manera de ver y entender la naturaleza de la realidad cambió a partir del Renacimiento. La Iglesia tomó esto en sentido psicológico, como para defenderse. La Iglesia se nombró a sí misma como la custodia de la verdad neoplatónica y designó equivocados a todos los demás que pensaran distinto.  No es lo mismo ser el custodio de la verdad del evangelio, sin más, que ser custodio de la verdad del evangelio entendido en términos neoplatónicos. Nos ha tomado unos quinientos años dejar de ver el mundo de manera neoplatónica

NAVIDAD: PAZ

Recuerdo en una ocasión, a un predicador de aquellos izquierdistas puertorriqueños de la década de 1960, que subrayó el mensaje «subversivo» del Magnificat de la Virgen, como en  Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador… 'Derribó a los potentados' de sus tronos 'y exaltó a los humildes.’ 'A los hambrientos colmó de bienes' y despidió a los ricos sin nada. El problema con esa interpretación del mensaje subversivo del evangelio, es que propone como ideal estar alegres por la venganza de Dios contra los poderosos y los ricos. Propone que nos alegremos a costa de la desgracia de los que oprimen a los humildes, a los pobres, a los ricos.  Un Magnificat izquierdista Eso no cuadra con la idea del «Príncipe de la paz».  A la misma vez, si admitimos que eso no cuadra con la actitud cristiana qué vamos a decir, ¿que a Dios no le importa que unos sinvergüenzas se salgan con la suya? Lo primero, que habría que analiza

Domingo 4° de Adviento, Ciclo A

Este domingo el protagonista del evangelio es San José. Pero el enfoque siempre es la celebración del nacimiento del Hijo de Dios. La primera lectura nos presenta el pasaje profético de Isaías 7,10-14: «Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa ‘Dios-con-nosotros’.»  De esa manera desde el comienzo se nos llama la atención hacia la Virgen y el nacimiento de Jesús.  El salmo responsorial corresponde al salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6. Es el salmo que se canta o recita para las fiestas de la Virgen María:  Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. En esta ocasión los versículos del salmo aplican a San José: el hombre de manos inocentes y de puro corazón. La seg