En el evangelio de hoy vemos la multiplicación de los panes y los peces Jesús llegó anunciando la llegada del Reino de Dios. Sus milagros fueron signos de la llegada del Reino: los ciegos veían, los cojos se enderezaban y caminaban, los enfermos se curaban, los muertos resucitaban. En el evangelio de hoy Jesús hace que una multitud de unas cinco mil personas coman al punto que después sobró la comida. No se trata solamente de un milagro que pone en evidencia su condición divina. También es un augurio de la abundancia del Reino de Dios, en que ya no habrá hambre y necesidad. Notar que Jesús no bautiza en los evangelios. No pone condiciones a su seguimiento, excepto tener fe en él. No es que Jesús se puso a distinguir en la multitud entre los que eran pecadores y los que eran santos. No es que puso como condición para beneficiarse del milagro el ser admitidos al grupo de los suyos, excluyendo a los que eran perversos sexuales, los corruptos y mentirosos, los pillos, abu...
Carlos Ramos Mattei