El tema de este domingo es el envío de los discípulos a anunciar la Buena Noticia
En la primera lectura (Isaías 66,10-14c) se anuncian los tiempos mesiánicos cuando el Señor Dios hará "derivar hacia ella como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones." Esto es lo que también anuncia la adoración de los Reyes Magos al niño Jesús, el cumplimiento de las profecías.
Ese es el contexto del anuncio de la Buena Nueva, la llegada de los tiempos mesiánicos.
En el salmo responsorial expresamos la alegría de esta liberación de todas nuestras miserias: "Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria".
En la segunda lectura San Pablo (Gálatas 6,14-18) precisa el cumplimiento de las Escrituras que motiva nuestra alegría: "Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo." Lo que cuenta no son las obras, no es circuncidarse o azotarse o hacer esto y lo otro, sino "la nueva criatura" renacida de la fe y el bautismo.
En el evangelio (Lucas 10,1-12.17-20) Jesús envía a 72 de sus discípulos para anunciar la Buena Nueva por las aldeas de Galilea.
Esto recuerda a los 70 jueces designados por Moisés en Números 11,16. Esto es una observación mía sin conocimiento de especialista bíblico. De la misma manera que el espíritu de Dios en Moisés se le pasó a los jueces que le ayudarían en su tarea, así también Jesús le transmite a sus discípulos ese espíritu que les permite anunciar los nuevos tiempos (la llegada del Reino) y provocar los señales que acompañan su anuncio, como las curaciones.
De esta manera unimos la lectura del evangelio del domingo pasado con la de hoy: Jesús envía a sus discípulos no sólo a anunciar, sino a efectuar la llegada del Reino.
Invito a ver mis apuntes de años anteriores. En los del 2016 (oprimir) hay unos comentarios de las lecturas para este domingo. En los del 2019 (oprimir) hay unos comentarios adicionales.
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