El evangelio de hoy narra el episodio en que le traen a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio. Adulterio y pecado Tradicionalmente veíamos esta narración (igual que la de la parábola del hijo pródigo del domingo pasado) en términos del arrepentimiento del pecador, la compasión de Jesús, el perdón de los pecados. Con el Concilio Vaticano II comenzamos a visualizar la dimensión social del evangelio, la fe, el reino de Dios. Como fue natural, en la época moderna (el Kempis, Santa Teresa de Ávila, Descartes, por mencionar tres ejemplos ilustrativos) la fe es asunto interno. No hay que salir fuera de sí mismo, el itinerario de viaje hacia Dios es algo mental, espiritual. No es que haya que descartar eso como un error. Es una idea que se remonta a los tiempos de San Agustín y antes, a Platón. Está la dimensión espiritual de la fe, pero eso no es todo. Está la dimensión social, que es la expresión material de la fe personal. La comunidad eclesial es el lugar...