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Domingo 30 del Tiempo Ordinario Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús cura a un mendigo ciego. La primera lectura de hoy (Jeremías 31,7-9) anuncia la vuelta del Destierro, cuando un grupo de israelitas volvieron a Jerusalén y comenzaron la reconstrucción del templo, unos quinientos años antes de Cristo. Es un anuncio gozoso y dice que volverán entre consuelos, porque Yahvé no se olvidó de su pueblo. «Seré un padre para Israel,» dice el Señor por boca del profeta. El salmo responsorial (salmo 125) se hace eco de esa alegría. «Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.» La segunda lectura (Hebreos 5,1-6) continúa con la lectura del texto de la carta a los Hebreos repartido entre estos domingos anteriores y los siguientes. Enfatiza el sacerdocio de Cristo, mediador nuestro ante el Padre. Esa dignidad sacerdotal no la asumió él por su cuenta, sino que le fue concedida por Dios que le dijo, «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»; o, como dice

Domingo 29 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús recuerda que el verdadero cristiano es siervo y no señor La primera lectura presenta parte de la profecía de Isaías (53,10-11) del Siervo Sufriente que los cristianos aplicamos a Jesús en su pasión y muerte en cruz. Dios lo hizo sufrir, «herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas» (Isaías 53,5). Pero él se humilló y no abrió la boca, como oveja que trasquilan, como cordero llevado al matadero (Isaías 53,7). Fue herido por las rebeldías de su pueblo (Isaías 53,8). «El Señor quiso quebrantarlo con sufrimientos y si entrega su vida como expiación, verá descendencia, alargará su vida» (53,10).  He seguido el texto de la Biblia de Jerusalén que a su vez refleja el de la Vulgata, en que entregar su vida como expiación se formula como un condicional al modo de «Si p, entonces q». Si el Siervo acepta los sufrimientos en expiación de los pecados, entonces Dios alargará su descendencia.  Podemos pensar la profecía en términos del contexto histórico,

Domingo 28 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús condena a los ricos y los apegados a las cosas de este mundo. Los cristianos se distinguen por haber descubierto una sabiduría como lo que describe la primera lectura de hoy (Sabiduría 7,7-11): Supliqué y me fue dada la prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos y a su lado en nada tuve la riqueza. No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro ante ella es un poco de arena La sabiduría que han descubierto los cristianos es más preciosa que el oro y más importante que cetros y tronos o que ser reyes y tener autoridad. Eso sí, que eso de tener sabiduría no se nos vaya a la cabeza y nos volvamos fariseos. Es lo que le sucede a más de un cristiano, a más de una cristiana.  Si te engríes en tu sabiduría, entonces realmente no eres sabio. Si miras a los ignorantes y a los pecadores y a los de otras ideas con condescendencia (por encima del hombro) entonces no eres sabio; no piensas como cristiano a pesar

Domingo 27 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

En el evangelio de hoy Jesús prohíbe el divorcio y dice que el Reino es de los que son como los niños. La primera lectura evoca el origen del matrimonio en la creación de Adán y Eva (Génesis 2,18-24). Dios crea los animales de la tierra y las aves del cielo y se los presenta a Adán para que les ponga nombre. Adán no encuentra un animal que le sirva de compañero y por eso Dios entonces crea a Eva de una costilla de Adán, de ahí la leyenda que los hombres tienen una costilla menos que las mujeres. Adán la ve y dice que ella es hueso de sus huesos y carne de su carne y el redactor del relato comenta, «Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne». El relato refleja la mentalidad patriarcal que fue el contexto del que salió esta narración. Los patriarcas tenían muchas mujeres, como Abrahán, Lot, Jacob, así. De la misma manera que tenían manadas de ovejas o de asnos, así también tenían su manada de mujeres. Las mujeres, igual que lo

Domingo 26 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

En el evangelio de hoy Jesús invita a ser íntegros En la primera lectura (Números 11,25-29) el espíritu del Señor desciende sobre los setenta ancianos designados por Moisés como jueces de Israel. Dos de los ancianos no estaban con el grupo en la Tienda del Encuentro, pero también fueron poseídos del espíritu de Dios y comenzaron a profetizar estando fuera de la Tienda del Encuentro. Se lo dicen a Moisés como algo a prohibirse, que profeticen fuera de la Tienda del Encuentro, y Moisés dice, «¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!».  En la segunda lectura continúa la carta del apóstol Santiago que vamos leyendo estos domingos. Santiago denuncia a los ricos, pero no por ser ricos. No es la riqueza lo que es malo. Es la actitud de los que viven engañados por sus riquezas, esclavizados a sus riquezas.  --El dinero es un medio al servicio de la vida, y no es que la vida hay que esclavizarla al dinero. El dinero debe estar al servicio del vivir en el te

Domingo 25 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Jesús anuncia su pasión y muerte y de paso ilustra cuál ha de ser la actitud del cristiano. El domingo pasado Pedro reconoció a Jesús como el Mesías, el Enviado de Dios. Pero todavía él y los discípulos no comprendían en qué consiste el reino de Dios que Jesús anuncia.  Jesús no va a ser rey de un reino al modo humano, sino del reino de Dios en este mundo, que va a ser un reino al modo cristiano en este mundo ya desde ahora. El reino de Dios en este mundo se va a cumplir en la vida de las pequeñas comunidades cristianas (y en la iglesia institucional como «comunidad de comunidades», todas conformando el Pueblo de Dios).  En la primera lectura de hoy se plantea que Dios favorece a sus… favoritos. Por tanto, si alguien dice que es el favorito de Dios, pero es humillado y esclavizado entonces su alegato es falso. El contexto de la primera lectura es la esclavitud en Babilonia. Por eso el autor le reclama a Dios que demuestre que de veras el pueblo de Israel es su

Domingo 24 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

  En el evangelio de hoy Pedro reconoce a Jesús como el Mesías y Jesús anuncia su pasión. El evangelio de hoy continúa la lectura del evangelio de Marcos. Todos quedan maravillados de los signos de Jesús, como la curación del sordomudo del domingo pasado. Todos ven que Jesús es un ser especial pero sólo Pedro reconoce su divinidad. «Tú eres el Mesías,» le dice. Jesús es el Ungido, el Enviado, el Hijo del hombre anunciado por los profetas,  que había de llegar al fin de los tiempos.  Jesús le dice a sus discípulos que mantengan esto en secreto, que no hablen de su identidad a los que se acercan para escuchar su predicación.  Entonces, como para subrayar la necesidad de fe en él y su mensaje, a continuación Jesús les anuncia que será humillado y que padecerá mucho a manos de los sumos sacerdotes y de los líderes del pueblo. «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días,» les dice. Esto a