Por diversas razones fue hoy que me vine a enterar de que la computadora Watson venció a los dos campeones del juego Jeopardy la semana pasada. El suceso marca un hito en el progreso del desarrollo de la inteligencia artificial. Por otro lado, el entusiasmo con el desarrollo de la inteligencia artificial ha provocado que cada vez sepamos más acerca de nuestra propia inteligencia natural. Esto es algo que quizás no se hubiera dado a un nivel tan sofisticado de otra manera. La primera reacción de muchos es sentir miedo ante la amenaza de unos robots que nos esclavicen en el futuro. Pero no hay que temer. Ya somos esclavos de la televisión, los hornos microondas, los teléfonos y otros inventos de la tecnología. ¿Quién quiere levantarse a prender un fuego de leña para colar café y hacer el desayuno? ¿Quién quiere tener piojos y no saber con qué curárselos? ¿Quién quiere curarse con unas yerbas y pociones de propiedades dudosas? Resulta interesante ver una de esas películas de t...
Carlos Ramos Mattei