La primera lectura para este domingo está tomada del libro 1° de los Reyes 17,10-16. El profeta Elías huye de Israel (Reino del Norte) y llega a la ciudad de Sarepta, que estaba en territorio fenicio al pasar la frontera. Quizás implica que ya se sentía más seguro. Pero se encuentra que allí hay una gran sequía y probablemente una gran hambruna como las que vemos hoy día en otros lugares del Oriente Medio, por ejemplo, Etiopía. Cuando hay escasez se da un sálvese el que pueda y los más fuertes agarran lo que hay y los más débiles quedan a la deriva. Peor sería para un extranjero transeúnte que no conocía, ni la gente, ni la región. En ese contexto el profeta se encuentra a una viuda allí, a las puertas de la ciudad. Pienso que los desesperados y los más pobres se sentarían a la puerta de la ciudad como hacen los pordioseros pidiendo limosna a las puertas de las iglesias (y en las esquinas y semáforos por donde hay mucho tráfico). No necesariamente hay que imaginarse la...
Carlos Ramos Mattei