El tema del evangelio de hoy es la predicación de Juan Bautista
Podemos visualizar la predicación del Bautista con una parábola propia del siglo 20 y 21.
Hubo una oficina de una empresa (o una oficina de gobierno, da lo mismo) en que el jefe se ausentó.
Como el jefe no estaba, los empleados comenzaron a hacer lo que les venía en ganas, mientras algunos seguían cumpliendo con sus deberes.
Un día llegó uno a anunciar que el jefe volvía en cualquier momento y pondría orden en aquel desorden. Los irresponsables tenían tiempo de prepararse para la llegada del jefe.
El jefe premiaría a los que fueron responsables. Pero mira si el jefe era buena persona, que perdonaría a los irresponsables, con tal de que cambiasen y pusieran orden en su conducta.
Al jefe no le importaba lo desordenados que fueron, con tal de que estuvieran dispuestos a cambiar. No venía a castigar, sino a que las cosas marcharan como se supone. De los empleados sólo esperaba que cambiaran en su conducta.
Esto es lo que anuncia el Bautista. Esta es la alegría de la Navidad. Dios vuelve y pondrá orden y premiará a los que encuentre preparados (convertidos) para su llegada. No importa lo pecadores que hayamos sido, Dios nos recibe igual que el padre recibió con alegría al hijo pródigo.
Invito a ver mis apuntes de años anteriores: 2015, 2018, 2021 (oprimir sobre el año).
En España e Hispanoamérica el 8 de diciembre se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen como una solemnidad, suplantando el 2° domingo de Adviento. Con motivo de esa solemnidad publiqué unos apuntes en años anteriores, como en el 2019.
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