El 6 de enero celebramos la Manifestación (epifanía) del Señor como el Divino Niño Jesús. Vivimos en medio de realidades y verdades que no pueden analizarse científicamente. Tal es la realidad del amor. Tal es la realidad del Niño Dios.
Al inaugurar el nuevo año calendario evocamos el inicio de la revelación de Jesús al mundo en una triple consideración, en tres episodios, de la misma manera que nos gusta repetir lo que decimos ("Santo, Santo, Santo"), como si no basta con una sola vez. Por eso en la tradición del año litúrgico la Epifanía se desdobla en el milagro de las bodas de Caná, la adoración de los Reyes, y el bautismo del Señor.
Celebramos la Epifanía expresada en tres narraciones de los evangelios. En ese misterio, en esa verdad que no comprendemos pero que sí vivimos y vemos mediante la fe, Jesús se nos manifiesta como el rostro del Padre para nosotros.
Comparto mis apuntes de otros años. Se pueden ver oprimiendo las fechas correspondientes:
-- La adoración del los Reyes Magos: 2008, 2009, 2011, 2016, 2019, 2020
-- El bautismo del Señor: 2016, 2019, 2020, 2021
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