(Catedral de Chartres) Jesús se quedó con nosotros, entre nosotros, en la comunidad. Cada vez que nos reunimos en su nombre, Jesús está en nosotros, con nosotros. Cada vez que leemos la Escritura nos alimentamos de la Palabra de la Revelación, finalmente encarnada en Jesús. Cada vez que cantamos y bailamos alabándole y adorando a Dios en él, inspirados por el Espíritu, Jesús está con nosotros, en nosotros. Al bautizarnos ya formamos parte del Cuerpo de Cristo. Jesús no es una cosa. Dios no es una cosa. Nosotros tampoco somos cosas; ser un ser humano no es ser una cosa. Adorar cosas es idolatría. Si decimos que adoramos a Dios no lo hacemos como quien se inclina ante un ídolo. La fiesta el Corpus es de creación relativamente reciente. Pasaron más de mil años después de Cristo antes que apareciera esta fiesta. Responde a unos tiempos en que el sentido judío y pascual de la celebración eucarística ya no se recordaba, se había olvidado. En el siglo 13 después de Cristo el antisemitismo
Carlos Ramos Mattei